2025-04-12




















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Literatura de ciencia ficción y el comunismo
(2012-10-22)
Última actualización: 2012-11-05 19:21 EET
Colectia Povestiri stiintifico-fantastice
No podemos hablar de una literatura de ciencia ficción propiamente dicha en el período de entreguerras. Fue el periodista Victor Anestin quien la divulgaría por intermedio de la publicación “Ciencias y Viajes”. Además, se publicaban esporádicamente traducciones de las obras de Jules Verne y H.G. Wells.

Con la instauración del comunismo la situación cambiaría. Apareció la literatura científico-fantástica de inspiración soviética. La Unión de los Escritores de Rumanía consideraba que los escritores de ciencia ficción eran autores de literatura para niños y jóvenes, y hasta el año 1989, este género tampoco fue tomado en serio por la crítica literaria.
El historiador Eugen Stancu perfilará, en los minutos que siguen, algunas características del género de ciencia ficción de los años 60:

“La literatura de ciencia ficción no apareció hasta 1955, porque en el período estalinista este género no se podía cultivar. El realismo socialista decía que el futuro se podía prever claramente gracias a las directivas de Stalin, al principio de cada congreso y entonces ¿de qué serviría que los escritores de Ciencia Ficción imaginaran lo que sucedería, cuando lo que tenía que suceder ya se había dicho? En el período estalinista la literatura de ciencia ficción anticipaba solamente los próximos cinco años, conforme con el plan quinquenal trazado por Stalin. Además, desde la antigua Unión Soviética se importaría el sistema de publicaciones que iba a controlar toda la literatura. La literatura desempeñaba un papel muy importante porque contribuía a la formación del hombre nuevo, tenía que divulgar y despertar el máximo interés entre los jóvenes por la ciencia y la tecnología. Todo esto impulsaba a los jóvenes a cursar estudios tecnológicos, una tendencia que correspondió con la reforma de la enseñanza del año 1948.”

A mediados de los años 60, la así llamada liberalización del régimen significó también la aparición de producciones literarias de varios autores rumanos. Nombres como Mihnea Columbeanu y Cristian Tudor Popescu llegarían a ser representativos para el género de ciencia ficción rumana. Proliferaban las revistas de especialidad y los cenáculos y, a la vez, nacían las comunidades de apasionados del género, con determinadas preferencias culturales, como por ejemplo la película “Blade Runner” y la música electrónica. En aquel breve período de liberalización, se publicaron traducciones de autores como Jorge Luis Borges o Fitz James O’Brien, antes de que, de repente, en 1974, con la ley de la prensa, se redujera drásticamente la libertad recién ganada. La colección “Cuentos científico-fantásticos” dejó de aparecer; la razón oficial fue el ahorro de papel. En cambio, en 1983 surgió una publicación nueva titulada “Almanaque La Anticipación”, bajo el auspicio de la Unión de la Juventud Comunista, donde escribían tanto autores consagrados como estudiantes que ya seguían los modelos occidentales. El historiador Eugen Stancu nos ofrece más detalles:

“Si en los años 50 el modelo era comunista, en los años 80 el modelo de la comunidad rumana de ciencia ficción lo representaba la literatura occidental. Sin embargo, ésta no llegaba al lector por intermedio de las traducciones oficiales, que podrían ser mutiladas por la censura. Los amantes de la literatura de ciencia ficción tomaban prestados los libros, en su versión original, del Instituto Francés, la Biblioteca Americana o el British Council y los traducían ellos mismos, en casa. Traducidos de esta manera, los libros circulaban dentro de esta comunidad muy cerrada. Hubo incluso un proyecto de biblioteca hecho en los años 80 por Dan Merisca que contenía una lista de libros disponibles, en determinadas ciudades. Los interesados enviaban una carta en que solicitaban un determinado libro traducido, lo recibían, y después de leerlo, lo devolvían. Así circulaban los libros de ciencia ficción paralelamente al sistema oficial. Los miembros de la comunidad de ciencia ficción estaban muy interesados en lo que se publicaba en Occidente y, como la mayoría de ellos hablaba inglés, se informaban mejor.


En los años 80, la relación de la literatura de ciencia ficción con el régimen comunista registró una evolución. Sobre la posición de dicho régimen frente a las producciones de este género nos hablaráa continuación Eugen Stancu:

“Incluso a nivel oficial era conocida como la literatura de alerta, que incluía la utopía negra y la contrautopía. Los miembros de la comunidad de ciencia ficción escribían contrautopías, en que imaginaban cómo, en un futuro no muy lejano, un dirigente destruiría al mundo entero porque explotaba a la población. Mediante este tipo de utopia, los autores trataban de proyectar el sistema de Rumanía. La explicación que éstos daban a las autoridades era la siguiente: “presentando estas utopías negras no hacían más que decir que si un dirigente se apodera del armamento y explota al pueblo, destruirá el planeta. Nosotros, decían los autores, queremos evitar que estas cosas sucedan.”

Después del año 1989, los autores de literatura de ciencia ficción trataron de decir que sus producciones habían sido incómodas para el régimen, lo que parcialmente era falso. La literatura de ciencia ficción se podía leer en ambas claves, pro y anti comunista. Aunque haya creado un modelo social y comportamental que condujo a la emancipación de los espíritus libres y a su liberación de los efectos catastróficos de la propaganda, la literatura de ciencia ficción no fue más que una ilusión de la libertad, bien mantenida por el régimen comunista que le dio vida.
 
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