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La carcel de Ramnicu Sarat |
(2010-02-22) |
Última actualización: 2010-03-02 15:10 EET |
A veces, la vida de una persona se relaciona con los más insólitos lugares. La cárcel, una de las instituciones totales que el hombre inventó y con la cual la mayoría de nosotros no queremos tener trato alguno, debería ser un lugar donde se cumplan las penas, voluntariamente o no. Sin embargo, hay casos en que personas llegan a la cárcel a causa de un error de otra persona o, incluso peor, a causa de las obsesiones de otras personas. El comunismo ha inventado la cárcel en tanto que castigo para una pena absurda, la pena de ser lo que eres. El espacio coercitivo que ahoga al individuo, tal como lo imaginaba Frantz Kafka, fue superado con creces por el comunismo. Los que lograron sobrevivir a las cárceles comunistas contaron cosas que superan mucho el poder de imaginación de la literatura.
La cárcel de Ramnicu Sarat, del departamento de Buzau, fue una isla del archipiélago Gulag rumano. Antes de convertirse en un lugar de la exterminación, la cárcel tenia el carácter clásico, el de reparar errores. La cárcel fue construida a finales del siglo 19 en tanto que cárcel de derecho común. Cabe añadir que en 1901 esta cárcel fue visitada por el rey Carol I. Por vez primera se volvió célebre el mes de noviembre de 1938, cuando fueron sacados de allí Corneliu Zelea Codreanu, líder de la Guardia de Hierro y otras personalidades de los legionarios, quienes fueron asesinados en el camino hacia Bucarest. El mes de septiembre de 1939 la cárcel se vuelve célebre por segunda vez, con la muerte del primer ministro Armand Calinescu y de otros 13 representantes importantes de los legionarios.
Sin embargo, el auge de la fama de dicha cárcel fue alcanzado durante el comunismo. Al principio, a este lugar traían a los campesinos que estaban en contra de la colectivización. Una vez cerrada la cárcel de Sighet, reclusorio de los dignatarios, inmediatamente después de la revolución anticomunista de Hungría, de 1956, a la cárcel de Ramnicu Sarat fueron transferidos todos los que lograron sobrevivir. Allí perdieron la vida, entre otros, lideres del Partido Nacional Campesino, tales como Ion Mihalache, Ilie Lazar, Victor Radulescu Pogoneanu. Otras personalidades de la democracia rumana, inmediatamente después de 1989, tales como Corneliu Coposu e Ion Diaconescu pasaron por allí también.
Cosmin Budeanca, experto del Instituto para el Estudio de los Crímenes del Comunismo de Rumania y coordinador del proyecto museístico de la cárcel de Ramnicu Sarat, nos amplia detalles:
“La cárcel de Rm. Sarat no es grande, en comparación con las cárceles de Gherla, Aiud o Jilava. Es una cárcel más bien pequeña, el número máximo de los detenidos no podía superar los 300. Y esto en las condiciones en que en una celda no caben más de 4 personas. Durante el periodo comunista, salvo algunos casos aislados, en las celdas no metían más de una personas. Otra característica de esta cárcel es que se podía calificar como una cárcel del silencio. No había métodos para poder comunicar y esto es un aspecto subrayado por todos los que lograron sobrevivir. Después de varios años de total aislamiento, como en el caso de Corneliu Coposu, los detenidos prácticamente habían olvidado hablar. A él por lo menos le resulto sumamente difícil volver a desarrollar esta habilidad de comunicar verbalmente. A los detenidos los sacaban a pasear uno por uno, la comida sabía pésimo, el frío era inaguantable y las medicinas faltaban casi por completo. Podemos hablar de un régimen de exterminación, de un régimen programado, no de uno casual.”
Otra característica de la cárcel era la de asegurar un vínculo directo con la Unión Soviética. Durante el período estalinista e incluso a principios de los años 1960, esta era una de las principales prioridades, a causa de la caída del Telón de Acero y el principio de la Guerra Fría entre la ex Unión Soviética, sus aliados y el Occidente.
Más detalles nos amplía Cosmin Budeanca:
“Era una cárcel de las élites. Igual que en el caso de Sighet, en Rm. Sarat la vía férrea era más ancha, igual a la de la Unión Soviética. Si hubiese estallido un conflicto entre la Unión Soviética y el Occidente, transportar a los detenidos a la Unión Soviética por esta vía resultaba muy fácil. El hecho de que todos los líderes fueron trasladados a Rm. Sarat inmediatamente después del motín húngaro me hace pensar esto. Además, la cárcel estaba muy cerca de la estación de trenes. En una hora, una hora y media, el tren podía estar en la Unión Soviética, tal como en Sighet la cárcel estaba cerca a la frontera, en el caso en que en Rumania hubiese ocurrido algo similar a lo ocurrido en Hungría. Pues era una cárcel pequeña, fácil de controlar... Porque el número de los detenidos era reducido, las informaciones no lograban traspasar las paredes de la cárcel.
En los años 1960, cambian el destino de la cárcel de Rm. Sarat. En 1963 muere Ion Mihalache, uno de los líderes del partido Nacional Campesino, el otro, Iuliu Maniu, había fallecido en 1953, en Sighet. Los pocos detenidos que quedaban allí fueron trasladados a otras cárceles poco antes de la amnistía general de 1964. Durante varios años sirvió de depósito, pero hoy en día se conserva en estado inalterado para que sirva de recuerdo de la represión a través del silencio.
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