a href="/image-db/201203161154-ecaterina_teodoroiu.jpg" target="_blank"> Las mujeres han participado en igual medida, al lado de los hombres, en la realizacion de los grandes momentos de la historia, participando en los combates a mano armada y pagando con sacrificios por sus convicciones.
Una de las heroinas de Rumania durante la primera guerra mundial, a raiz de la cual se formaría la Rumania Grande, fue Ecaterina Teodoroiu. Esta mujer formó parte de aquella categoría de rumanos que a finales del siglo 19, y comienzos del siglo 20, fueron educados en el espíritu del ideal nacional. Ambicionaba llegar a ser maestra de escuela y la idea nacional iba a marcarle el destino.
Ecaterina Teodoroiu nació en el ano 1894 y desde 1913, llegó a ser miembra de la asociación de exploradores, en cuyo marco, la educacion patriotica era el modelo a seguir para todos los jóvenes En 1916, cuando Rumania entró en la guerra, su hermano mayor murió en la batalla. Ecaterina quiso alistarse ella también como voluntaria, y le solicitó al general Ion Dragalina, que le recibiera en las filas de los militares activos.
El historiador Ioan Scurtu nos hablará a continuación acerca del inicio de la vida militar de la joven de 23 años de edad, que se evidenció en las batallas libradas en su zona:
“Ecaterina Teodoroiu se evidenció el 14 de octubre, del ano 1916, cuando, al lado del ejército, la población civil defendió, el puente sobre el rio Jiu para impedir la entrada de las tropas alemanas en la ciudad de Targu Jiu. Desde aquel momento, en que exhortó a la poblacion a participar en el movimiento de resistencia, Ecaterina se comprometió con alma y vida acompañando al ejército en su retirada. Resultó herida dos veces, y finalmente, tuvo que hosipitalizarse en la ciudad de Iasi, donde fue visitada, y felicitada por la propia Reina Maria. Después fue condecorada por el Rey Fernando recibiendo el rango de segundo teniente. Mediente su total compromiso en la lucha por salvar a la patria e impedir su ocupación por el enemigo, Ecaterina Teodoroiu se transformaría en un simbolo.”
Derrotado, el ejército rumano se retiró a Moldavia, en el invierno del año 1916-1917, dejando bajo la ocupación alemana dos terceras partes del territorio. Tras curarse, Ecaterina Teodoroiu volvió al lado de los soldados, esta vez en calidad de comandante. El 22 de agosto del año 1917, ella murió a causa de las heridas recibidas durante la batalla de Marasesti. Al micrófono el historiador Ioan Scurtu
“Las luchas empezaron en el verano de 1917. Ecaterina Teodoroiu, en calidad de capitán, mandaba una subunidad militar. Desafortunadamente, resultó herida en los últimos días del combate y murió. Fue enterrada en un lugar llamado Dealul Secuiului, y más tarde en 1921, su féretro fue transportado a Targu Jiu y enterrado con honores militares. En el año 1936, la escultora Militza Patrascu realizó el sarcófago que está en la Plaza céntrica de la ciudad de la ciudad de Targu Jiu.
Incluso en tiempos de guerra, cuando reinaba un estado de efervescencia, la presencia de una mujer en el ejército era algo insólito. Le preguntamos al historiador Ioan Scurtu si la sociedad rumana de entonces, que era más bien patriarcal, había manifestado cierta reticencia ante Ecaterina Teodoroiu
“No, porque la gente era curiosa por ver qué podía hacer aquella joven que se había comprometido a luchar al lado de los hombres. Los documentos de la epoca revelan que Ecaterina era tratada con mucho respeto, y que los militares veían en ella una verdadera heroína. Era como un ideal intocable, una persona a la cual todos admiraban y querían seguir. Muy a menudo, Ecaterina Teodoroiu fue comparada con Juana de Arco, la mujer símbolo de los franceses en su lucha de liberación. Seguramente que fue una excepción en la primera guerra mundial, pero no eran pocas las mujeres que se comprometían en acciones de salvación de los heridos, al lado de la Cruz Roja, y desde este punto de vista, un papel importante desempeñó en Rumania, la Reina Maria.En esta actividad, las mujeres se habían implicado ya desde mediados del siglo 19, como en el caso de la Guerra de Independencia de los años 1877-1878, las guerras balcánicas de los años 1912-1913 y aún más, durante la primera guerra mundial. Hubo un movimiento de respaldo del ejército, a nivel nacional.”
“La Señorita”, tal como la llamaban sus camaradas de armas, fue una personalidad fuerte, que lamentablemente, no vivió para ver la victoria final.
(Steliu Lambru; trad. Rodica Popa)
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