Subscripción newsletter RRI
(dirección de correo):
|
 |
Arhiva :
|
 |
La deportación de los judíos de Transilvania del Norte |
(2012-02-27) |
Última actualización: 2012-03-05 16:43 EET |
El 30 de agosto de 1940, a raíz del arbitraje de Viena, Alemania e Italia imponían que Rumanía cediera la región de Transilvania del Norte a Hungría. Habitada mayoritariamente por rumanos, la parte septentrional de los territorios de Austro-Hungría, que se había unido a Rumanía en 1918, era destinada a satisfacer las pretensiones de Hungría y asegurar la estabilidad en la zona. Hitler necesitaba de los dos países para la futura guerra y por eso quiso poner fin a las diferencias internacionales. Sin embargo, dichas diferencias siguieron alimentando las frustraciones cada vez mayores de las dos partes.
En los territorios ocupados, las autoridades húngaras desencadenaron toda una serie de persecuciones contra los rumanos y, a escala más grande, contra los judíos. El derrocamiento del gobierno húngaro encabezado por el almirante Miklos Horthy y la llegada al poder del partido fascista Cruces Flechadas marca el inicio de la operación para detener a los judíos y deportarlos a los campos de concentración. De la zona de Transilvania del Norte, que estaba bajo dominio húngaro, casi 160.000 judíos fueron deportados a diversos campos de concentración, incluso a Auschwitz. Los supervivientes han relatado el calvario por el cual pasaron sus conacionales. Algunos de estos testimonios fueron grabados también por el Centro de Historia Oral de la Radiodifusión Rumana.
Aristina Saileanu de la aldea de Târgu Lapuş era muy joven cuando su padre decidió rescatar a una familia de judíos de la misma localidad. En abril de 1944, a las 15 familias de la aldea se les prohibió abandonar su hogar y se les impuso llevar la estrella amarilla en el brazo. Pero, al cabo de 7 meses, la gendarmería húngara los descubrió y los arrestó a todos. Luego, fueron deportados a un campo de concentración en Budapest donde, por suerte, sobrevivieron hasta el fin de la guerra:
”Râoaia es un afluente del río Lapuş. Teníamos la hacienda cerca del valle de Raoaia, a 14 km de distancia de la aldea de Lapuşul Românesc. Teníamos allí todo lo que necesitábamos. Dado que era una zona muy aislada, mi padre pensó en hacer algo bueno, porque era un cristiano muy fiel, igual que mi madre. Y entonces trajo allí a esa familia integrada por la hija de Marmor, Hani, los hijos de Marmor, Ioante de 2 años, otro niño de 5 años y Marmor Rozsi de 7 años. Yo tenía casi la misma edad que Rozsi y por tanto era buena amiga de las chicas y de los niños.”
En 1996, Eva Berger de la ciudad de Cluj contaba sus recuerdos de niña del terrible campo de exterminio de Auschwitz. Tras los traumas de la detención, la vida en el gueto y el viaje, conocería al siniestro doctor Mengele, médico jefe del campo de Auschwitz:
“Nos avisaron que debíamos prepararnos con una maleta con objetos de estricta necesidad, y nos dijeron que nos deportarían, es decir que nos llevarían a una ciudad en Hungría donde los ancianos iban a cuidar de los niños, mientras que los que gozaban de buena salud iban a trabajar. El día 8 de mayo llegó el camión que nos llevó a la fábrica de ladrillos, al gueto. Éramos 18.000 personas y luego, a principios de junio, nos metieron en el tren, y así viajamos amontonados en vagones de animales, casi 80 personas en un vagón. El viaje duró 3 días. Cuando llegamos a Auschwitz, nos bajamos del tren y alguien gritó: “Las mujeres de un lado, los hombres del otro!” Y entoces llegamos delante del doctor Mengele, quien decidía si podíamos trabajar o no. A la derecha, la vida; a la izquierda, la muerte.”
Otro superviviente del infierno de Auschwitz, Hari Maiorovici, recordaba que le detuvieron por haber usado el idioma rumano en espacios públicos:
: “Me llamaron y me llevaron al comandante de la Policía húngara de Cluj, donde me invitaron a sentarme. Luego el comandante me dijo: “Mira, todos están muy enfadados contigo porque hablas rumano en la calle, aunque sepas húngaro.” Yo le dije entonces: “Hablo tambén húngaro y yidis, así como alemán. Con los húngaros, hablo húngaro, con los rumanos, rumano.” Entonces me respondió: “Mira, lo siento, pero a partir de ahora ya no hablarás rumano en la calle, porque de aquí vas directamente al campo de Baia Mare. Lo siento, pero no puedo ayudarte.”
Al final de la guerra, la región de Transilvania del Norte volvía a formar parte de Rumanía, tras el Tratado de paz de París. Los supervivientes de los campos de concentración, deportados de Transilvania del Norte, algunos ya célebres, como el escritor Elie Wiesel, la escritora Ana Novac, el médico Nyszli Miklos o el político Yehuda Klein, dejaron atrás no sólo testimonios sobrecogedores, sino también la advertencia de que la historía no debía repetirse.
(Steliu Lambru; trad. Luminita Ganea)
|
|
|
WMA |
|
64kbps : |
1
2
3
|
|
128kbps : |
1
2
3
|
|
MP3 |
|
64kbps : |
1
2
3
|
|
128kbps : |
1
2
3
|
|
AAC+ |
|
48kbps : |
1
2
3
|
|
64kbps : |
1
2
3
|
 Mascota istorica a
RRI
|