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La revolución rumana y los terroristas |
(2011-12-19) |
Última actualización: 2012-01-06 18:11 EET |
La revolución del mes de diciembre de 1989 hizo aparecer en el espacio público rumano una extraña presencia: la figura ubicua y fantasmal del terrorista. La aparición de este presonaje misterioso encendió la imaginación. La teoría de la conspiración es la que mejor funciona y muchos creen que la verdad sobre los terroristas de la revolución rumana está bien guardada por personas importantes con intereses ocultos. En Rumanía hay quienes creen que los terroristas existieron de verdad, pero hay muchos otros que piensan que todo fue una puesta en escena que sirvió de pretexto a los nuevos líderes para hacerse con el poder.
¿Qué pinta tenía un terrorista de la revolución rumana de 1989? Hombre, de estatura media y complexión vigorosa, educado, moreno.Tenían armas sofisticadas, dispositivos con infrarrojos, y todo lo necesario para realizar labores de distracción y confusión. Su preparación física era excepcional. Fueron capturados unos 100 terroristas, según testimonios de varios militares. Después de capturados fueron entregados a los cuadros superiores del Ejército y luego fueron puestos en libertad.. Se sospecha que eran miembros de la red R del antiguo Ejército comunista y de la red S de la antigua Securitate, redes entrenadas para realizar operaciones tras las líneas enemigas en caso de invasión.
En 1989, Andrei Banc era periodista de televisión y vivía cerca de la Plaza Universitatii, donde se desarrollaron parte de los enfrentamientos de la revolución. Diez años más tarde, en 1999, Banc contó al Centro de Historia Oral de la Radiodifusión Rumana un hecho curioso:
”Repiquetebeaban ráfagas largas de metralleta. Desde la panadería ví personas tumbadas en el suelo en el aparcamiento del Teatro Nacional. Pero me llamó la atención que no se oía el silbar de las balas. No se oían las balas para nada. Normalmente se oyen, sea cuando se estrellan contra los muros, sea el propio silbar de las balas. Entonces entreabrí la puerta de la tienda y ví más gente tumbada en la plataforma del Teatro Nacional, había mucha gente y la metralleta disparaba a mansalva. Me quedé un poco mirando y pensé que debia ser un simulador. No podía ser una metralleta de verdad porque no se oían las balas. .. Miré para arriba, no se veía en ninguna ventana arma alguna que disparase. Estaba convencido de que era solo un simulador. Salí con mi pan en la bolsa y me fui hacia mi apartamento que quedaba a unos 50 metros de distancia. Mi mujer me hacía señas desperada desde nuestra ventana para que me pusiera a salvo porque yo caminaba muy tranquilito. La gente me gritaba que me tumbara al suelo. !La situacion era alucinante! La metralleta no cesaba de disparar y siguió disparando hasta que entré en casa y salí a la terraza..”
Partícipe en los acontecimientos de Plaza Palatului, Valentin Gabrielescu, militar de carrera contó en 2003, otros sucesos igual de extraños:
¨ Fui testigo del ataque de los terroristas contra el Comité Central. No hubo ningún terrorista, nadie disparó desde fuera contra el Comité Central. Yo estuve delante de aquellas ventanas inmensas de dos metros de largo, por la noche, con las luces encendidas. !No me alcanzó ninguna bala! Pero tampoco había huellas de balas en la pared. Yo soy militar de carrera y soy capaz de darme cuenta desde donde se dispara, si está a mi lado o está lejos.! Admitamos que yo estuviera sordo y ciego, pero en la pared no había balas ! Toda esta tropa de paracaidistas y soldados disparaban contra los terroristas del Palacio Real, contra terroristas que no existían. Había sólo una persona que había subido al techo del Palacio Real para colocar la bandera. Ví entonces a Caramitru. Sabía que era un actor famoso. El gritaba: „Cesad el fuego! !Por Dios, Cesad el Fuego! No hay terroristas!”. El gritaba, yo - mas entrado en años y mas instruido que él- pensaba: no tiene ningún sentido gritar así , nadie le hace caso. Entonces me fui a los solados y paracaidisas que disparaban sin cesar. Le dije a uno: Soldado, ¿contra quién disparas tu, hijo mio? Era ya de noche. Pues, contra los terroristas, dijo el otro. ¿ Has visto tu terroristas? Tu eres paracaidista, soldado instruido. Tu disparas como loco contra una persona! ¿Contra quién disparas tu ahora, contra el Palacio Real? Me fui al oficial y le dije: Señor capitán, !haga algo para que termine esta locura!, ¿Qué están haciendo aquí? Y el me dijo que no podía controlar a los soldados.”
Sin dejar de lado los intereses de personas privadas, instituciones, organizaciones o incluso estados que fueron considerados responsables de la aparicion de actos terroristas en aquellas circunstancias, las incognitas siguen siendo demasiado numerosas para sacar una conclusión definitiva. Lo que se puede decir con certeza es que las víctimas mortales producidas despues de la caida de Ceausescu no pueden ser justificadas solo por el vacio de poder, la confusión general o los accidentes...
(Steliu Lambru; trad. Irina Calin)
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