2025-04-12




















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El Tratado de Berlin de 1878 y el reconocimiento de la independencia de Rumanía
(2008-09-15)
Última actualización: 2008-09-20 18:03 EET
La guerra ruso turca del aňo 1878 fue la última de una amplia serie de conflictos bilaterales estallados en 1718 que marcarían los siglos 18 y 19.
Las guerras ruso turcas del siglo 19 significaron para los Principados Rumanos, igual que para las demás naciones balcánicas, pasos adelante hacia el desprendimiento de la influencia otomana y la conquista de la independencia. Primero fue Grecia que se ganó la independencia en 1821, acto reconocido en 1829. Siguieron Rumania, Servia y Montenegro en 1878, Bulgaria en 1908 y Albania en 1912.

Para los rumanoslas guerras ruso turcas conllevaron cambios fundamentales en su camino hacia la independencia, pero también reorientaciones de las relaciones internacionales. La independencia no fue fácil de conquistar. Rusia era un país autócrata, con pocas disponibilidades de modernizarse. Fue Rusia la que alzó bandera en la cruzada antiotomana en nombre de la protección de los ortodoxos y los eslavos de la dominación turca. En realidad, Rusia perseguía eliminar al Imperio Otomano y reemplazarle por su propia dominación.
La crisis oriental fue un sintagma aparecido durante la guerra de Crimeea entre los aňos 1853-1856 entre Rusia y el Imperio Otomano, Inglaterra y Francia. Derrotada, Rusia perseguía desquitarse, lo que haría en 1875. Entonces empezó un nuevo episodio de la cuestión oriental que se quedaría sin solucionar hasta el final de la primera guerra mundial. Las tensiones aumentaron y en 1877, Rusia declaró guerra al Imperio Otomano. La clase política rumana sintió que aquella era la ocasión de proclamarse la independencia y a raíz de un acuerdo con Rusia, firmado en el invierno del aňo 1877, permitió que los ejércitos zaristas pasaran por Rumania. Durante las operaciones militares del verano del aňo 1877 y en los primeros meses de 1878, Rumanía participó con un ejército de aproximadamente cien mil soldados.La capitulación de Plevna, el centro del Estado Mayor del ejército turco mandado por Osman Bajá, hizo que el Imperio solicitara la paz.
El armisticio firmado en San Stefano, cerca de Constantinopla, puso fin a las hostilidades, reglamentó la situación militar y anunció las direcciones principales que Rusia perseguiría en el marco del futuro congreso de paz.
Al representante rumano se le negó la participación en la mesa de negociaciones y tomar la palabra, lo que representó una fuerte seňal para la clase política rumana. El hecho de que el ejército ruso estaba estacionado en el territorio de Rumania y no daba seňales de abandonarle, el hecho de que Francia, aliado tradicional de Rumania, había perdido el control sobre Europa después de 1871, hizo que los hombres políticos rumanos centraran su atención en Alemania. Este país, en tanto que gran potencia de Europa, se implicó en la conclusión de la paz de Berlin del mes de julio de 1878. Más detalles al respecto nos ofrece el historiador Alin Ciupala de la Facultad de Historia de la Universidad de Bucarest
El Congreso de Paz se desarrolló en Berlín porque a la sazón, Alemania era la principal potencia europea. Tras la derrota de Francia en Sedan y la realización de la unidad del área alemana en torno a la Casa de Hohenzollern y al emperador Wilhelm I, Alemania dominaría Europa. Gran Bretaňa permanecería en lo que los historiadores denominan su “espléndido aislamiento”, es decir que prestaba atención a lo que ocurría en el continente y participaba en la política del mismo, pero sin involucrarse en ningún sistema de tratados y alianzas. El Congreso tuvo varias previsiones que se referían de manera especial a Rumania, la más importante siendo el reconocimiento de la independencia de estado. Pero el reconocimiento no fue uno absoluto y además imponía determinadas condiciones.Mediante dicho tratado, Rumania perdía el sur de Basarabia que le había sido devuelto en 1856 y obtenía bajo la presión de Rusia, la región de Dobrogea. Rusia forzó este trueque ofreciendo a cambio del sur de Basarabia, Dobrogea, el Delta del Danubio y la Isla de las Serpientes, porque estaba interesada en la zona estratégica de las Bocas del Danubio.

Alin Ciupala habla del Tratado de Berlin como de una nueva reconfiguración de la política europea.
En 1878, Rumania no tenía aliado alguno, éste es el paradoja que constatarían todos los hombres políticos y el propio príncipe Carlos. Rumania sería independiente pero sin aliados. Rumania necesitaba de aliados que le ofrecieran protección en el caso de una amenaza. No creo que los hombres políticos alemanes o el emperador Wilhelm I hayan pensado de manera especial en Carlos y en Rumania cuando negociaron su nuevo estatuto jurídico internacional. Simplemente, Alemania trató, igual que Rusia y de las demás potencias, de alcanzar sus propios objetivos estratégicos fundamentales. Rumania no formaba parte de estos objetivos. En cambio, Alemania tenía una preocupación fundamental: trataba, a través de todos los medios diplomáticos, de mantener aislada a Francia porque tras la derrota de Sedan toda la opinión pública francesa quería tomar el desquite. En consecuencia, toda la política alemana perseguiría aislar a Francia. La alianza de Rumania con Alemania no se debió al hecho de que en Rumania reinase un Hohenzollern. Por supuesto que también este elemento tuvo su importancia, dado que al fin y al cabo, Carlos I era el primo del emperador Wilhelm I.Pero este fue un elemtno secundario.

La independencia de Rumania, igual que la de las pequeňas naciones balcánicas del ex Imperio Otomano debe ser juzgada, tal como aprecian los historiadores actuales, en un contexto internacional y menos como una gran victoria de los rumanos.
 
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