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El régimen comunista y los intelectuales |
(2008-03-25) |
Última actualización: 2008-03-25 18:56 EET |
La dialéctica fue el punto fuerte del comunismo. Ningún régimen político en la historia creyó igualmente en una afirmación, y en su contrario. Mientrás culpaba al capitalismo de toda la maldad, el comunismo en el poder funcionó mucho peor y de manera mucho más represiva. En el periodo del estalinismo, la gente era condenada a la pena de muerte por sus opiniones, después de lo cual los que les habían condenado empezaban a expresar la misma opinión. En el caso de las instituciones, los comunistas empezaron por desorganizarlas, a fin de volver a organizarlas según sus propios intereses. En realidad, detrás de esta desorganización se escondía el deseo de ejercer el control sobre la sociedad.
Un caso de semejante desorganización tuvo como protagonistas a los intelectuales – se trata del caso de los institutos de investigación de la Academia. El ingeniero Radu Voinea, quien enseňaba la asignatura de la resistencia de los materiales, fue elegido miembro corresponsal de la Academia en 1963. Al ser elegido, no se tomaron en consideración los criterios políticos. Su padre había sido oficial de artillería y prisionero en la URSS, lo que no le recomendaba a Voinea para este título. En una entrevista concedida en 1995 al Centro de la Historia Oral de la Radiodifusión Rumana, Radu Voinea se refiere a la intención de Ceausescu de sacar los institutos de investigación debajo de la autoridad de la Academia, ya que el líder comunista de Bucarest temía a los intelectuales y a los acontecimientos similares con los que tuvieron lugar en Hungría, en 1956, y en Checoslovaquia, en 1968:
‘Nicolae Ceausescu, conociendo todo lo ocurrido en los países vecinos, pensó que también en nuestro país podía ocurrir algo similar, a causa de los intelectuales. Y entonces tuvo la idea de desorganizar a la intelectualidad. Pero, el representante número 1 de la intelectualidad era la Academia, que a su vez, tenía institutos. Esto le hizo a Ceausescu, en ocasión de uno de los congresos del partido, considerar que dichos institutos eran como unos dominios feudales y sus directores, que eran miembros de la Academia, eran unos seňores feudales. Nosotrs ahora vivimos en el comunismo, solía decir en el congreso, ya no necesitamos a los restos feudales. Y cumplió con su palabra, en el sentido de que trató de desmantelar estos institutos de investigación de la Academia.’
La acción se llevó a cabo a partir de 1968. Se crearon Academia paralelas, como fue la de las Ciencias Médicas, luego una Academia de las Ciencias Agrícolas y Sílvicas. Las demás instituciones de investigación de la Academia pasaron en el suborden sea de los ministerios económicos, sea del ministerio de la enseňanza. Radu Voinea:
‘Quedaron, sin embargo, unos 7 u 8 institutos, entre los cuales el Instituto de Matemáticas, tomando en consideración que el director de dicho instituto era el mismo presidente de la Academia, Miron Nicolescu, a quien Nicolae Ceausescu tenía cierto respeto, ya que también su hija era entonces estudiante de la Facultad de Matemáticas. Y se consultaba a menudo con el presidente de la Academia, en toda una serie de asuntos. Así que no se atrevió, para decirlo así, eliminar aun desde el principio, al Instituto de Matemáticas.
La desorganización tuvo efectos trágicos sobre varios investigadores quienes habían dedicado su vida a esta profesión. Muchos protestaron, como fue el caso del académico Girgore Moisil, pero sin conseguir resultado alguno. Las razone por la cual los investigadores se oponían a dicha desorganización lo representaba lo específico de su trabajo de investigación que hubiera sido puesta bajo la autoridad de algunos burócratas, que no eran siempre familiarizados con esta actividad. Ni siquiera el Instituto de Matemáticas, donde trabajaba la hija del dictador, se escapó de esta medida. Radu Voinea:
‘Para algunos miembros de la Academia, estos institutos representaban, en cierto modo, el ideal de su vida. El hecho de que un instituto, como fue, por ejemplo, el Instituto de Química Orgánica, y cuyo director era Nenitescu, pasó en el suborden del Ministerio de la Química, fue un choque para el mismo.Y me acuerdo de un discurso que Nenitescu pronunció en el Aula de la Academia, como una canción del cisne, en el cual seňalaba el error que se había cometido. Peroesto no fue todo, su dolor del alma era tan grande que finalmente sufrió un infarto, como resultado de esta infeliz situación. Además, la académica Alice Savulescu, murió de infarto aun en las salas del Comité Central del partido, cuando Nicolae Ceausescu le dijo que el Instituto de Biología debía pasar en el suborden del ministerio de agricultura. Dos o tres aňos más tarde, en 1975, los últimos institutos pasaron en el suborden del ministerio de la enseňanza – me refiero a los 7 que habían quedado hasta entonces, entre ellos, también el Instituto de Matemáticas. Entonces murió Miron Nicolescu, también a causa de un infarto. Fue una situación desesperada para esas personas que sinceramente querrían trabajar y que, de repente, vieron destruídos todos sus ideales.’
Aunque hubieran pasado ya decenas de aňos desde su brutal instauración, el regimen comunista no consideraba que se había consolidado suficientemente. El molestar periódico de ciertas categorías de personas, sobre todo a los intelectuales, constituía un método de control social. La desorganización era otra manera en que se manifestaba la irracionalidad de un regimen autoritario, que carecía de legitimidad.
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